No hay libro, por malo que sea, que no contenga algo bueno

Los Primeros de Huelin

En este blog vamos a poner en práctica algunas de las cosas que aprendamos en clase. Vamos a escribir pequeños relatos (uno al mes).
Deberán tener una extensión máxima de 25 líneas (letra arial; interlineado sencillo; tamaño 12; márgenes de 2,5 cm.).
Yo pondré una entrada con la primera frase del relato y vosotros tendréis que continuarla. Deberíais escribirlo en un archivo y cuando lo tengáis escrito, subirlo al blog como un comentario a la entrada.
Lo que está completamente prohibido es leer los relatos de los compañeros y no escribir nada.
¡Ánimo!

martes, 18 de enero de 2011

La narración - Enero 2011

En esta entrada escribiremos una anécdota que nos hayan contado nuestros padres o abuelos. Atención a las concordancias y las relaciones temporales entre los hechos que contamos.

21 comentarios:

  1. Hace mucho tiempo, cuando mi padre realizaba el servicio militar y en concreto unas maniobras consistentes en una marcha por la sierra de Cazorla en Jaén,despues de andar todo el día, ya entrada la noche llegaron los soldados a una aldea observando como los habitantes del lugar los miraban con recelo sin dirigirles la palabra, luego más tarde pudieron enterarse que durante la guerra civil habían sufrido mucho a causa de los militares de aquella época. Sin embargo días despues y ya en otro lugar, y encontrándose perdidos buscando un paso entre las montañas contactaron con un cabrero que les ayudó a encontrar la salida y que durante el trayecto les contó a estos sus recuerdos en la guerra civil y como en una ocasión los militares les había ayudado despidiendose de ellos con gran nostalgia a la vez que las lágrimas recorrían sus mejillas.

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  2. Adivina, adivinanza.
    ¿A qué mujer se le ocurre ponerse de parto en plena fiesta de Nochevieja a 60 km de distancia del hospital donde tiene previsto parir y con sólo 36 semanas de gestación?. Pues no, no es la Duquesa de Alba, señora que presume tener el mayor número de títulos nobiliarios, ese título lo obstenta en la actualidad,"MI MADRE". Sí señores míos mi señora madre, con un vaso de cocacola en la mano y bailando Sarandonga se le apeteció que yo naciese después de pegarse una jartá de gambas y las típicas 12 uvas. Ahora entiendo el porqué de mi gusto por la música, ¡ fué lo último que escuché desde el vientre de mi madre!. Si entráis en internet y preguntáis por el significado de mujer germánica, sale la foto de mi progenitora. Persona que organiza cada minuto del día, cada día lo dedica para cada cosa y cada cosa en su sitio. Pues no me explico como mi llegada a este mundo no pudo preveerlo. Esta anecdota la he escuchado tantas veces, que podría escribir una obra de teatro con las palabras exactas que se dialogaron aquella noche. No me he depilado, no me he echado el tinte, no he preparado la canastilla o no he limpiado la terraza fueron algunas de las frases brillantes que dijo mi madre antes de empezar a deir, ¡oh Dios mío como duele!. Y en dos empujones salí yo, rosita, redondita y sin pelos, decían que parecía una algodón dulce de feria. De los 3 niños que nacieron esa noche, los dos primeros fueron chicos y yo que fuí la tercera, la única niña del año. Hablaron de mí en el periódico, bueno, salieron las siglas de mi nombre y apellidos, ya se sabe que a los menores se les respetan mucho, pero por un momento fuí la niña más famosa que nació en Málaga en el año 1998.

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  3. Cuando mi padre era pequeño tuvo una tortuga acuática, se encargaba de darle de comer todos los días, cada vez que entraba una mosca en casa mi padre cogía un paño de cocina para intentar cazar la mosca al vuelo. Cuando lo conseguía, mi padre le llevaba la mosca a la tortuga para que se la comiera. Si la mosca seguía viva y se movía, la tortuga corría detrás de ella hasta comérsela; pero si la mosca no se movía, la tortuga ni se inmutaba.

    A mi padre le encantaba jugar con ella, se la llevaba a la bañera y la utilizaba como si fuera un gran tobogán. Mojaba las paredes de la bañera y las untaba con gel de baño para que la tortuga se deslizara más rápido. Al principio la tortuga estaba asustada y se escondía dentro de su caparazón, pero se acostumbró y parecía que hasta le gustaba.

    Un día mi abuela le pidió a mi padre que se deshiciera de la tortuga. Mi padre no quería desprenderse de su mascota, pero obedeció a su madre. Buscó una charca grande y allí dejo para siempre, con mucha pena, a su querida tortuga.

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  4. Una vez, mi padre y mis tíos fueron a tomar una tapa a un bar y mi tío le pidió pan.
    -¿Me podría traer un bollo troceado?-dijo mi tío-.
    -¿Troceado?-preguntó-.
    -Si, por favor-respondió mi tío-.
    Al rato, la mujer todavía no había traído el pan y estaban muy extrañados. Pasó otro rato y entró la mujer con una bandeja enorme con ¡pollo troceado con patatas!
    -Pero,¿que has traído?-exclamó mi tío-.
    -Pues lo que usted ha pedido-contestó-.
    -Yo pedí un bollo troceado no un pollo troceado- afirmó mi tió-.
    -Con lo bien que me habían salido las patatas-farfulló la mujer mientras se iba con la bandeja a la cocina-.
    Desde entonces mi tío nunca pide un bollo troceado sino simplemente, pan.

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  5. Una vez mis tíos estando de crucero hicieron una visita turística a San Torini, una ciudad que se encuentra sobre un monte, en las islas griegas. La subida y la bajada era a través de un estrecho camino y un barranco al lado. Había una única forma de subir y bajar, en mula. Mi tío se subió en mula, enseguida y las patas de esta cedieron, el guía no hacía más que gritar: “!Catastrofen, catastrofen¡”. En la bajada el mulo de mi tía comenzó a perseguir a una mula, y mi tía estuvo a punto de caerse por el barranco. Llego el guía y le subió de un empujón. Mi tía llego a bajo con el susto, aunque fue mi tío el que lo paso peor pues el pobre tuvo que subir y bajar todo el monte andando.

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  6. Me ha contado mi abuelo una de sus anécdotas:
    Estaba un día mi abuelo en un bar y decidió pedirse un plato de carne. Cuando le trajeron el plato tomo la decisión de que se dejaría la mejor parte de carne para el final y empezó a comerse el resto. Cuando ya solo le quedaba la parte magra de la carne, vino uno de sus amigos y le dijo que no había comido y sin una simple explicación se trago el trozo de carne. Y tras tragarse ese trozo comento que era una de las mejores carnes que había probado. En ese momento mi abuelo decidió que siempre, por lo que pudiera suceder, comería primero lo mejor del plato y después el resto.

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  7. Mi abuelo siempre les decía a mis tías que no se metieran en los ríos, cuando fueran al campo. Ellas eran buenas y le hacían caso pero, el primo de mi tía, fue una vez con ellas, él siempre era mas juguetón que los demás y se le ocurrió meterse en el rió, cuando mi tía lo vio metido en el agua, rapidamente lo saco. En ese momento llegó mi abuelo y pilló a mi tía metida en el agua. Mi abuelo se enfadó tanto que le castigó tres o cuatro semanas sin salir, es decir, casi un mes entero.

    Mi abuela vio todo lo que pasó, se lo comentó a mi abuelo y le quitó todo el castigo a mi tía, como no podía castigar a su primo, nadie se quedó castigado.
    Desde entonces mi tía no se ha vuelto a meter en ningún rió, solamente en la playa.

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  8. Corrían los años 50 cuando mi bisabuelo estaba junto a un amigo en un bar. Por lo visto, el amigo de mi bisabuelo tenía una nariz grande, muy grande y alargada.
    -Oye, ¿conoces a mi amigo, el cirujano? Él podría arreglarte, ya sabes... la nariz.- dijo mi bisabuelo, en voz baja-.
    Nada más terminar de pronunciar la 'z', el amigo se levanta bruscamente de la silla y le dice:''¿¡Pero cómo te atreves a decir eso!? ¡Esta nariz es la seña de identidad de nuestra familia!¡Nuestro orgullo!''
    Nada más terminar la frase, le da un puñetazo a mi bisabuelo Baldomero, le deja en el suelo y con la nariz sangrando. Vamos, que no fue él el que necesitaba un cirujano por los pelos.

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  9. Mi madre me contó que en el año 1977 fue con sus padres a Sevilla en tren. Mi madre ya se había sentado dentro del vagón del tren junto a mi abuela, pero mi abuelo aún estaba fuera porque tenía que ir al baño. Faltaban 10 minutos para que saliera el tren, y mi abuelo se acercó al vagón mientras estaba fumando. De pronto se escuchó el silbido de un tren que avisaba de su salida inmediata y mi abuelo intentó subir al vagón. Fue a una de las dos puertas, pero no se podía abrir. Y entonces pensó que iba a salir en ese momento y se iba a quedar en tierra. Mi madre y mi abuela lo vieron pasar corriendo con el cigarrillo en la boca, sin saber lo que estaba ocurriendo. Mi abuelo fue a la otra puerta para comprobar si se podía abrir, y lo consiguió. Entró en el vagón a sentarse rápidamente junto a mi madre y mi abuela. Cuando ellas se enteraron de lo que había pasado se rieron mucho. Al cabo de 5 minutos el tren salió de la estación, parece que el silbido no era de su tren sino de otro que estaba cerca.

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  10. Una vez mi prima subio en aviòn y no quiso volber. Ha mi tìa ni le dan susto las alturas ni nada parecido, ¡le encanta viajar!, pero a mi prima por el contrario, tiene miedo a las alturas y no le hacia nada de gracia viajar a Asturias.
    Mi tìo le tiene miedo a las alturas tambien, pero viajaba tranquilo porque queria ver el golfo de vizcaya, situado al lado del mar cantabrico, el tiempo alli es perfecto, pero en Màlaga estamos en invierno y hace mucho frio, pero en Asturias, estamos perfectamente aqui, ¡por lo menos 27 Cº!.
    Las playas son perfectas,mi tìa hizo un concurso de buscar conchas con 4 amigas que se encontro bañandose, pero no gano mi tia ganò su amiga Sandra.
    Despues de 2 semanas estuvo muy contenta y no quiso volber, ¡inclreible la chica que no queria ir y ahora se a trandformado en la que no quiere volber!.Entonces mi Tìa le dijo que si volbia a casa veria a sus amigas, a sus primas y primos e estaria en el colegio con sus amigos.Aquel dìa se lo pasò estupendamente y me lo contò con mucha ilusiòn.

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  11. Estaba mi madre en segundo curso de primaria,estaba charlando con su compañera y la señorita la hecho de la clase y a los cinco minutos escaso le dijo que entrara con otra compañera que había fuera,y ella le dijo que no que estaba muy a gusto ahí fuera y la señorita le dijo que le pusiera a pasear por el pasillo;el pasillo era enorme,el colegio parecía las típicas películas de terror,tenía grandes ventanales,hasta que dio la casualidad de que pocos minutos después le pilló la directora y fue con ella a la clase,pregunto que había pasado y la señorita le explico lo que había pasado,mi madre pidio perdón por su conducta,la señorita y la directora entre carcajadas le dijeron que volviera a la clase.

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  12. Mi abuela siempre va al mercado,un día necesitaba frutas y verduras,y se fue al mercado para comprarlos,Caminando y caminado se encontró un perro en la calle, a mi abuela le dió pena el pobre perro,decidió llevarlo a casa,le dió de comer y beber y todo lo que necesitaba, por la noche,por la tarde el perro ladraba mucho pero mi abuela no le daba importancia.Por la noche no dejaba de ladrar,ya que era un cachorro,mi abuela se levantó para ver lo que le pasaba le daba de comer pero seguía ladrando sin parar,mi abuela se cansó y volvió a dormir.Al día siguiente llevó al perro a la perrera.

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  13. Durante los años desde 1936 a 1939, se produjo en España la Guerra Civil Española. Los españoles sufrieron muchas penalidades y pasaron mucha hambre sobre todo los años después de la guerra. En aquellos días, le ocurrió una anécdota mi abuelo Miguel. Cierto día, le pusieron para comer un delicioso plato de carne, que mi abuelo creyó que era un estupendo conejo, después de comérselo, se enteró de la verdad. Lo que verdaderamente había comido era de carne de gato. Mi abuelo nunca olvidó aquel suceso y cada vez que come conejo nos recuerda que en aquella ocasión, como en la famosa frase, le dieron gato por liebre.

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  14. Hace muchísimo tiempo mi bisabuela tenia un gata un poco fiera, que le tenía una cierta manía al cartero, todos los días que el cartero entraba a dejar las cartas la gata siempre le hacía frente. Un día, pero no como otro cualquiera, el cartero como todos los días fue a dejar las cartas, cuando le tocó llegar a la casa de mi bisabuela, la gata, antes de que el cartero pudiera hacer nada, se le abalanzó encima suya, y el cartero no volvió a pasar mas por esa casa.
    Y ya hacía menos tiempo mi abuela tuvo otra gata, pero mas que fiera era ladrona. Un día la vecina le llamo diciéndole que le habían robado la carne del cocido, mi abuela, muy extrañada, dijo que eso no podía ser, que buscase a ver quién había sido. Bueno, pues la vecina, intrigada de saber quien había sido, se escondió en un sitio para ver quién había sido, cuando vio que era el gato de mi abuela se levantó indignada, y, rápidamente se lo dijo a mi abuela, las dos se reían felizmente.

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  15. Mi tío me contaba con orgullo que en el 2003, el Club Deportivo Málaga jugó la copa de la UEFA con el AEK de Atenas. Ese hecho era algo muy importante en la historia del equipo y algunas peñas decidieron ir hasta Atenas para apoyar el equipo.
    En el avión coincidieron con los jugadores del Málaga y decidieron organizar una “rifa” para colaborar con la peña. Se sorteaba una camiseta firmada por el equipo y una bufanda. Todos compraron papeletas: jugadores, presidente, periodistas, pilotos, azafatas… y ¿a que no imagináis a quién le tocó? Pues fue a una de las azafatas. Al entregarle el premio le pusieron una condición, que cuando el avión aterrizara en Atenas debía colocarse en la escaleras con las dos prendas para despedirlos a todos y darle suerte al equipo, y así lo hizo.
    El Málaga ganó aquel histórico partido con un gol de Manu Sánchez, aquel grandioso 0-1 dio el pase a cuartos de final.
    De vuelta a Málaga, coincidieron con la misma tripulación y para celebrarlo ofrecieron champán a jugadores y seguidores.
    Mi tío decía que llegaron al aeropuerto de Málaga a las cinco de la madrugada y había un gran número de aficionados esperando al equipo.
    ¡Fue inolvidable!

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  16. En un viaje a Madrid que realizamos mi familia y yo fuimos a visitar la Casa de Campo; subimos en teleférico, paseamos por los jardines, los parques…Al caer la tarde llegamos hasta el Lago y decidimos dar un paseo en barca. Nos subimos mi madre, mis dos hermanos y yo. Mi abuela se quedó sentada en un banco del embarcadero, mientras que mi padre nos grababa en vídeo desde la orilla.

    La salida del embarcadero fue fácil porque del barquero nos empujó y el viendo nos ayudó. Aunque para todos era mi madre la que dominaba la barca, hasta que vimos que la barca se acercaba cada vez más a la gran fuente que había en el centro del lago. Entre nervios y risas y el cambio del viento pudimos salir de esa zona, pero nos dirigíamos hacia otra zona donde estaban practicando baloncesto en piragua y nos chocamos con las redes.
    Mi abuela desde el embarcadero empezó a desesperarse, mi padre desde la orilla intentaba dirigir la barca, pero la risa no lo dejaba. La tarde ya caía y de la media hora que disponíamos se alargó a una hora.
    Al final mi padre tuvo que avisar al señor del embarcadero. Con una lancha a motor que engancharon con la barca, nos arrastraron a gran velocidad, el agua entraba en la barca y llegamos todos empapados de cintura para bajo y de esta guisa nos tuvimos que dirigir al hotel en metro. Todos estábamos un poco nerviosos, sobre todo mi abuela y mi padre que fueron espectadores, aunque después al estar ya secos y en tierra firme nos reímos mucho recordándolo.

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  17. Hace tiempo en un instituto unos alumnos de 4º de la E.S.O. querían sacar dinero para el viaje de fin de curso. Dieron muchas ideas pero como eran tantas no sabían cual elegir. Entonces lo hicieron mediante votación. Y se celebró una fiesta de disfraces donde la entrada costaba dinero. Mi padre se disfrazó de monja. Pagó la entrada, entró y nadie le reconocía. Y se lo pasó bien bailando, comiendo y charlando con sus compañeros. Daba la casualidad de que ese fin de semana se celebraban las elecciones para elegir al nuevo presidente. Mi padre fue vestido de monja con sus gafas de vaso. Y en plan de broma se puso con los padres y madres del AMPA a confesarlos en las cabinas de las elecciones. Todo salió muy bien y recaudaron suficiente dinero para el viaje.

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  18. Mi padre me contó que cuando era pequeño se iba todo el verano a Torrenueva, con mis tías y mis abuelas.
    Cuando iban todos a la playa mis tías hacían castillos de arena y mi padre siempre se esperaba a que lo tuviesen casi terminado, entonces iba corriendo y pasaba por encima para destrozarlo todo, mis tías se enfadaban y todos corrían detrás de él, pero nunca lo alcanzaban.

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  19. Hace mucho tiempo mi abuelo soñó que intentaba darle una patada a un perro que tenía delante. Entonces el perro, para esquivarlo, se puso por detrás. Mi abuelo se volvió para golpearlo esta vez más fuerte, y... tirò a mi abuela de la cama.

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  20. Mi abuela me ha contado esta anécdota:
    Ella vivía en un pueblo pequeño de Ávila. En el día de San José todos iban a misa. Era un día muy frío, con hielo y nieve. Mi abuela tenía catorce años y como iba tarde, empezó a correr. El suelo estaba muy rebaladizo, ella iba muy rápido y se cayó partiéndose la pierna. La llevaron en autobús a Ávila porque nadie tenía coche. La gente la despedía llorando porque ir al hospital era algo "grave". Estuvo en el hospital una larga semana. Le pusieron una escayola tan pesada que no podía con ella. Ahora, 56 años después, aún se auerda de esa experiencia.

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  21. Mi abuela tenia un vecino, cuando vivía en Tánger, que por su cumpleaños, le regalaron un caballo de cartón, su hermana, para gastarle una broma, le dijo que le tenia que dar de beber,
    el, lo metió en agua y el caballo se deshizo.
    Su padre le dijo que debería ahorrar para comprarse otro, esta vez de madera pero, cuando tuvo suficiente dinero era mayor y decidió comprarse una moto.

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